sábado, 1 de febrero de 2014

El Sacromonte I - Las Santas Cuevas



Todo comienza y acaba con un libro... los tres últimos que he leido han sido estos; Los Cuentos de la Alhambra, de Whasignton Irving, El Hobbit (por quinta vez), de JRR Tolkien, y Las Leyendas de nuestros pueblos, del escritor granadino Jose Manuel Fernandez. Hace poco mas de un año y gracias a la magia de internet, recibí una llamada de este último, claro está que los otros dos no podrían haberlo hecho, y no porque estén bajo tierra uno y en la tierra media el otro, sino porque me muevo mejor en la lengua de Cervantes que en la de Shakespeare.

¿Conoces algún sitio interesante en Granada? me preguntó, en realidad pocos de los muchos que hay contesté, pues sigo siendo un guiri en Granada, pero desde que ví por primera vez de lejos la Abadía del Sacromonte (foto que inicia esta entrada), me llamó mucho la atención este sitio, todo lo relacionado con el libro mudo y los discos de plomo, los libros plumbeos. Pues dicho y he hecho, unos días después y en vísperas de la festividad de San Cecilio del día 1 de febrero, Patrón de Granada, se dió el tan deseado momento que esperaba desde que me dejé caer por estas tierras de Granada y descubrí la Abadía desde el cerro del Sol.

Quiero agradecerle a él esta nueva entrada del blog, por su invitación y por la aprobación que obtuvo del azorbispado de Granada para que se diese esta visita. Gracias también a Miguel Sabio que nos acompañó en esta aventura. Fué una experiencia mágica, un gran viaje por la historia, poder ver tantos libros antiguos, pergaminos, reliquias, los discos de plomo, ornamentos sagrados y muchas obras de arte... hasta un Goya, 2000 años de historia nada menos, una visita a los inicios del cristianismo de la que aprendí muchísimo gracias a los que me acompañaban.

Pero antes de acceder a las Cuevas de San Cecilio, repasemos un poco de  historia y conozcamos las leyendas de este monte Sacro. 






Dice la leyenda que tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492 fueron muchos los nobles árabes que emprendieron el camino del exilio hacia tierras africanas. Llevaban en su corazón a la ciudad de sus padres y de sus abuelos, la que los vio nacer a ellos y a sus hijos, la ciudad a la que algún día esperaban volver.

Temerosos éstos de que en el trayecto hacia los puertos de Almería o Almuñécar donde se embarcaban, les robaran sus fortunas los salteadores de caminos, "grupos de soldados renegados de los ejércitos cristianos", así que  escondieron grandes tesoros entre los olivos que un día poblaron este monte.



Acontecieron paralelamente a estos hechos, otros, en los que se les dio libertad a muchos esclavos de estas familias de nobles árabes, pues les resultaba muy costoso realizar su peregrinaje con un gran séquito. Muchos de estos esclavos, que eran de raza negra, conocedores de las idas y venidas de sus señores al Monte de Valparaíso (que así se llamaba entonces el Sacromonte), de los miedos y pensamientos de éstos, escuchados en más de una conversación entre ellos, organizaban sus estratagemas. Recuperada su libertad y sin oficio ni pertenencias, decidieron subir al monte y recuperar para sí los tesoros de los que antaño fueran sus señores.

Excavaron y excavaron en las laderas de este barranco sin éxito conocido, y extenuados por el esfuerzo y sin ningún otro lugar donde cobijarse, lo hicieron en estos huecos, que posteriormente acondicionaron dando lugar a las cuevas donde hoy nos encontramos y que convirtieron en sus hogares. De ahí proviene el nombre de Barranco de los Negros, al ser sus primeros moradores de esta raza.

Posteriormente, y ya mezclados con los moradores de raza gitana, realizaron más de un sortilegio en busca del lugar exacto donde estuvieran escondidos los tesoros. Siendo conocidos los quehaceres misteriosos de alguna vieja hechicera "ferminibí" que hablando unas veces con el agua y otras con el fuego, o mirando sin pestañear una palangana de agua, intentaba conseguir algunas pistas con las que hallar los tesoros perdidos, de los que hoy no sabemos si fueron descubiertos por alguno de aquellos buscadores, que en secreto se los apropiaron, o si siguen escondidos aquí en cualquier lugar muy cercano a nosotros.



El Sacromonte y las Reliquias de San Cecilio

La Torre Turpiana

En 1588 al destruir la Torre Turpiana, Alminar de la Mezquita mayor de la Medina musulmana para edificar la Catedral, hallaron una caja de plomo cerrada. Cuando pudieron abrirla se encontraron que contenía una tabla con la imagen de la Virgen vestida de egipciana (gitana) cosa prohibida por los moriscos, un pañuelo de la Virgen, un lienzo, unos huesos y un pergamino escrito en latín, árabe y castellano. Este pergamino resultó ser un autentico mapa, daban noticias de San Cecilio, pues gracias a sus indicaciones encontraron pocos años después dicho tesoro oculto por los Sarracenos durante 800 años.

El 15 de marzo de 1594, dos hombres que buscaban en el Monte Valparaíso encontraron unas láminas de metal escritas en extraños carácteres, libros grabados en discos de plomo, de ahí su nombre de Libros Plumbeos, que una vez traducidos relataban el martirio de San Cecilio y de sus discípulos, San Tesifón y San Hiscio, así como otras reliquias; las cenizas de estos. Desde los primeros hallazgos la zona se convirtió en centro de peregrinación.


Catedral de Granada

Cada nuevo descubrimiento era motivo de fiesta. Aristocracia y organizaciones corporativas celebraban procesiones y se levantaban cruces conmemorativas de tales hechos. Cruces como la de los maestros hiladores de la seda (1604), la de los ganapanes o palanquines de las plazas Nueva y Bib-rambla (1602) y la realizada en 1595 por los canteros y soldados de la Alhambra. De las 1.200 cruces erigidas solo quedan cuatro. 

Tras un largo proceso, las reliquias son declaradas auténticas y el Arzobispo de Granada D. Pedro de Castro Cabeza de Vaca y Quiñones, funda en 1607 la Colegiata dedicada a San Cecilio para dar culto a los mártires. Se convierten las Santas Cuevas en un espacio ritual que concentrará las prácticas religiosas de la sociedad contrarreformista. 



Retrato del Arzobispo de Granada D. Pedro de Castro


La necesidad de sacralizar no sólo la ciudad sino también su entorno dará lugar a la aparición de los Montes Sacros que surgen, no en el barroco (s. XVII) aunque esa sería su época de mayor esplendor, sino a fines del siglo XV y en Italia. La idea de la creación de estos "montes sacros" se debe al franciscano Fray Bernardino Caimi tras un viaje que realizó a Tierra Santa. Es así como el Monte Valparaíso pasó a llamarse el Sacromonte.


San Cecilio y los Varones Apostólicos

Según una tradición cristiana medieval recogida en la leyenda de los siete varones apostólicos y el Códice Emilianense, documentos del siglo X basados en textos más antiguos, San Cecilio fué uno de los siete varones apostólicos, junto a Torcuato, Tesifón, Segundo, Indalecio, Eufrasio y Esiquio, discípulos todos del apóstol Santiago enviados desde Roma por san Pedro y san Pablo a evangelizar Hispania.

Según cuenta la tradición y leyenda, cuando los 7 varones apostólicos se encontraban en la ciudad de Ucci, la actual Guadix, decidieron acampar fuera de la ciudad mientras algunos de ellos fueron a comprar víveres. En ese momento el pueblo estaba en plena celebración de las fiestas de Jupiter, Mercurio y Juno y los recibieron con hostilidad, persiguiendoles de forma tumultuosa. En la fuga, los 7 varones cruzaron el puente del río y este se derrumbo cuando pasaban los perseguidores, precipitándose todos al agua. Ante esta prodigiosa señal, fueron muy bien recibidos bajo la tutela de la Noble y matrona Luparia, quién recibió bautismo despues de hacer construir una basílica para el culto y un batipterio.

Después se separaron, quedando Torcuato en Acci (Guadix) y repartiéndose el resto las demas zonas de la región. Tesifón a Bergi (Berja), Esiquio a Carcese (Carcesa), Indalecio a Urci (Almería), Segundo a Abula (Abla), Eufrasio a Iliturgi, cerca de Andujar y Cecilio a Elvira, próxima de Granada.


El Martirio de San Cecilio


Estampa de Franciso Heylan (1614) "El Martirio de San Cecilio y Dos escudos"

Muy poco se sabe de la vida de San Cecilio, era un niño de pocos años al comenzar la Era Cristiana con el nacimiento de Jesús

Durante una persecución contra los cristianos de Illíberis (Granada), San Cecilio fue apresado junto con sus discipulos y sufrió martirio en el año 65, aún en tiempos de Nerón. Fue quemado en una de las cuevas del Sacromonte, donde se encontraron sus cenizas, y las de San Tesifón y San Hiscio, discípulos del apóstol.





Y con esta introducción, larga pero interesante, conozcamos las Santas Cuevas donde martirizaron a estos santos y descubrieron sus reliquias con los libros Plumbeos.


Las Santas Cuevas















 







 





 Así es el "Ecce Homo"

Aunque algunos conocereis esta obra por el Ecce Homo de Borja!




 La Leyenda de la Piedra Blanca y la Piedra Negra


Cuando uno desciende a las catacumbas, además del frío y la claustrofobia, lo invade una sensación sagrada, mística. Allí se esconde una de las leyendas más bellas que encierra la ciudad de Granada: la historia de dos grandes piedras, separadas, casi oculta una en uno de los angostos corredores, con poderes mágicos.

Cuenta una antigua historia cuyos orígenes -como el de todas las historias que merecen la pena- se desconoce, que al contacto con la piedra negra, el visitante encontrará a su media naranja en el plazo de un año. No, esto no asegura el matrimonio o el noviazgo, sino que hallará a la única persona en el mundo capaz de completarlo por completo, su verdadero amor eterno.
¡Pero cuidado los enamorados! Al contacto con la piedra blanca, nuestra pareja actual desaparecerá para siempre de nuestras vidas.

No es de extrañar, aunque a veces sorprende, que muchas parejas vayan juntas a la abadía, toquen la piedra blanca y, acto seguido, se dirijan a tocar la piedra negra para encontrar a sus respectivos verdaderos amores.



Jose Manuel Fernandez... tentando a la suerte :D

 La Piedra blanca, oculta entre los pasillos de las Santas Cuevas
 










 










Salimos de las Santas Cuevas para dirigirnos al interior de la Abadía y ver el museo, pero antes os hablaré de los famosos libros de Plomo.

Los Libros Plumbeos

Los Libros plúmbeos (o plomos del Sacromonte) consisten en 22 planchas circulares de plomo de unos 10 cm grabadas con dibujos indescifrables, textos en latín y en extraños caracteres árabes, que se dieron en llamar salomónicos. Fueron interpretados como el quinto evangelio que habría sido revelado por la Virgen en árabe para ser divulgado en España. El evangelio del apóstol Santiago el Zebedeo, traducido al árabe por su discípulo Tesifón (Ibn ‘Attar). En estos discos abundan invocaciones a Dios y los preceptos que la Virgen María le dio a Santiago.





"Y dígoos que los árabes son una de las más excelentes gentes, y su lengua una de las más excelentes lenguas. Eligiólos Dios para ayudar su ley en el último tiempo después de haberle sido grandísimos enemigos. Y darles Dios para aquel efecto poder y juicio y sabiduría, porque Dios elige con su misericordia al que quiere de sus siervos. Como me dijo Jesús que ya habrá precedido sobre los hijos de Israel los que de ellos fueren infieles la palabra del tormento y destruición de su reino que no se les levantará cetro jamás. Mas los árabes y su lengua volverán por Dios y por su ley derecha, y por su Evangelio glorioso, y por su Iglesia santa en el tiempo venidero."

Según su historia, la Virgen María mandó a Santiago a Hispania, guiado por el Arcángel Gabriel, para esconder estos libros en varios sitios en Granada.

“Ve con este libro a la extremidad de la tierra que se llama Hispania, en el lugar donde resucita un muerto. Guárdalo en él. Y no temas de él porque Dios le guardará a ti y a los que fueron contigo con ojo de solicitud en el mar como guardó a Noé en el arca, y en la tierra como se guardó a Jonás en el vientre de la ballena hasta que lo dejó en ella”. “Y enterrólos en la tierra para el tiempo decretado”. 



*   *   *


La crítica filológica e histórica parecen determinar que todo pudo ser obra de árabes de alta posición social que intentaban conciliar el cristianismo con el islamismo, en el periodo posterior a la rebelión de las Alpujarras y la expulsión de los moriscos. Esta expulsión se dio aún habiendo aceptado el cristianismo tales  pruebas. En 1682 fueron declarados falsos y heréticos por el papa Inocencio XI, pero sí se mantuvo la validez de las reliquias que aparecieron junto a los libros, estos fueron llevados a Roma, donde permanecieron hasta el año 2000, en que fueron devueltos a Granada.

Hoy día se dicen que son la mayor falsificación histórica de España, aunque no deja de ser curioso observar cómo el cristianismo aceptó las reliquias para el culto cristiano y descartó como validos los libros de plomo del sacromonte... de no haber sido así, nuestra historia hubiese sido otra.

Por desgracia no me dejaron hacer fotos en el interior de la Abadía ni en el Museo, aunque puedo decir y sin ser creyente, que gracias a Dios, alguna se hizo ;) como esta que finaliza la galería... (bueno, también influyó la poca vergüenza que tiene el que os escribe estas líneas...)


El Libro Mudo

El único libro plumbeo que aún no se ha podido traducir



Hoy es 1 de febrero día del patrón de Granada, San Cecilio

Galerias relacionadas

La Abadía del Sacromonte

Proximamente...




4 comentarios:

  1. Muy buena la entrada en si,el texto muy bien documentado Enhrabuena.Un saludo.

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    1. Muchas gracias Juan Carlos! tengo que decir que desconocía totalmente la historia de este lugar, por lo que tengo que dar las gracias por la compañía que tuve, 2 autenticos erúditos de los que pude aprender mucho :) Me alegro que te haya gustado!
      Un saludo!

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  2. Eres un crack tio. Por cierto por que tanto simbolo judio no lo entiendo? me refiero es un lugar catolico y Jesus era Judio, pero que significado tiene que esten esos simbolos hay?
    El reportaje alucinante. Unas fotos espectaculares y la narración guapisima. Un abrazo Ivan.

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    1. Muchas gracias Carlitos! me alegro que te haya gustado ;)

      Pues no se me pasó citar la referencia a esos símbolos ya que tenía pensado hacerlo en la siguiente entrada, la Abadía del Sacromonte, que está llena de ellos. Se le conoce como Cruz Salomónica (o estrella de David), y es uno de los símbolos más conocidos y universales. No es exclusivo del pueblo judío, pues está presente también en muchas tradiciones, como la budista, la hindú, la cristiana, incluso la islámica... ya explicaremos su significado :D

      Un abrazo compañero!

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